El nou reglament de facturació reconeix la factura completa o ordinària, impulsa la factura simplificada i, per reduir costos i fer més competitives a les empreses, s'equipara la factura electrònica a la factura en paper.
El decreto foral no obliga al empleo de una tecnología electrónica determinada, si bien precisa que la utilización no obligatoria del intercambio electrónico de datos (EDI) y la firma electrónica garantizan la autenticidad del origen y la integridad del contenido de las facturas y su legibilidad.